
Fui con mi hermano chico al concierto “Marky Ramone and Friends” al centro Cultural Ex Cárcel de Valparaíso. Era el momento de acercarnos y conversar un poco, práctica que nunca nos habíamos esforzado por llevar a cabo. Mi hermano, aficionado adolescente al punk rock −Sergio “Pirincho” Cárcamo alguna vez mencionó que el periodo punk rock de nuestras vidas será siempre entre los 15 y los 19 años, música sólo entendida desde la perspectiva de la adolescencia−, estaba un poco nervioso ante la espera de dos horas de atraso que tuvimos que soportar. Yo no estaba nervioso pero sí a punto de molestarme por la organización algo curiosa para el nivel del personaje en cuestión. En algún momento tuve la impresión de estar en las tocatas autogestionadas de bandas under. Fue raro también ver que no asistirían, al menos pagando la entrada, más de cien personas. Todo fue raro, en realidad: ninguno de mis amigos alcanzó a enterarse y yo, durante toda la semana, incluso cuando compré la entrada, pensé que no era más que una burla del destino, que se cancelaría gracias a la poca difusión y a la escasa convocatoria o porque en cualquier momento la serie de punks extremos de mohicanos enormes y con aroma a vino barato llevaría a cabo la ya mítica “fuerza ocho” destrozando todo a su paso.
Más que observar a una leyenda de la música rock −para mí, Ramones cambió la Historia del Rock, como hay un periodo post Beatles, hay también un periodo post Ramones− lo que se llevó a cabo fue una sesión de espiritismo. El argentino que cantaba en la banda a ratos era completamente poseído por el espíritu de Joey Ramone y con una buena dosis de alcohol y thc en el cuerpo, perfectamente nos olvidábamos de que Joey está bajo tierra. Es interesante, perdonando el calificativo, cómo la banda más grande del Punk y una de las más importantes del Rock termina convirtiéndose en una banda tributo, por lo menos es un tema digno de tratar en alguna ficción o artículo, no sé, en cómo se transforman en autoretratistas que venden sus cuadros en las esquinas para juntar algunas monedas.
Sin embargo, era necesario. Todos fuimos por la nostalgia más que por la sorpresa. Marky Ramone cumplió con todas mis expectativas acumuladas por los años y con las de mi hermano, quien debe ser demasiado pequeño para tomarle el peso a las circunstancias: El ex baterista de Ramones y actual baterista de esta banda tributo a Ramones está ahí, a menos de un metro de distancia, vemos correr el sudor por su frente, vemos su sonrisa, vemos como aprieta la mandíbula al empezar cada tema.
A nuestras espaldas estaban cuatro jóvenes, borrachos, ex niños bien y actuales oficinistas, por lo que logro fantasear. Formaban un círculo y coreaban canciones punk clásicas de su infancia, frenéticamente, con el acentito argentino de las barras de fútbol. Nuevamente la idea de la nostalgia, todos fueron a revivir recuerdos, a nadie le importaba en qué estaba Marka Ramone hoy por hoy.
Siempre he pensado que el punk rock es la forma más rebelde de la música popular, simboliza la rebeldía ante todo, incluso con la melodía. Son canciones simples, no más de tres acordes, sin arreglos rebuscados, su principal característica es la fuerza, la pasión. Ramones era una banda que tocaba en un pequeño club llamado CBGB’S a fines de los setentas. Era un club pequeño, un antro. Malcom McLaren, un joven productor descubrió algo en esas presentaciones y decidió de alguna manera comercializar esto como un movimiento de masas. Porque el punk, a su vez, es la comercialización de un movimiento, de una tribu urbana. McLaren exportó la idea a Inglaterra e impulsó a Sex Pistols y The Clash. Concibió al punk como una moda juvenil, ideo una actitud, un diseño de vestuario, una filosofía de la rebeldía callejera.
Con respecto a Marc Bell (A.K.A) Marky Ramone, pese al paso de los años sigue siendo un Ramone. Se nota en la actitud, en como camina por el escenario saludando a todos los presentes y sentándose en la batería. Me imagino que el guitarrista de Fiskales ad Hok y el bajista Macuco de Los Mox!, el resto de la banda casi improvisada para Chile, aún no se la creen, se notaba en sus caras, es como si un cura conociera a Dios, o a San Pedro, por lo menos.
Ahí estaban los clásicos de la banda: She’s the One, I Wanna be Sedated, Habana affair, Pet Cementery, y otros no tan clásicos pero igual de queridos.
Mi hermano chico salió feliz, no tanto como para demostrarlo físicamente, o decir “gracias por invitarme” pero estaba feliz, al igual que yo, que sentí que Marky nos unió un poco más o nos distanció un poco menos. Y es que eso es el punk rock: hermandad, unión, una gran familia de un mismo apellido: y así partimos, yo convertido en Danny Ramone y mi hermano en Dieguito Ramone, quién sabe.
No puedo dejar de escribirlo:
¡Viva The Ramones!
PS: Es la segunda vez que veo de cerca a un personaje de los Simpson: The Ramones cantó el Happy Birthday al Sr. Burns en un capítulo. Los primeros que vi fue Red Hot Chili Peppers. Menos amarillos, claro.
Más que observar a una leyenda de la música rock −para mí, Ramones cambió la Historia del Rock, como hay un periodo post Beatles, hay también un periodo post Ramones− lo que se llevó a cabo fue una sesión de espiritismo. El argentino que cantaba en la banda a ratos era completamente poseído por el espíritu de Joey Ramone y con una buena dosis de alcohol y thc en el cuerpo, perfectamente nos olvidábamos de que Joey está bajo tierra. Es interesante, perdonando el calificativo, cómo la banda más grande del Punk y una de las más importantes del Rock termina convirtiéndose en una banda tributo, por lo menos es un tema digno de tratar en alguna ficción o artículo, no sé, en cómo se transforman en autoretratistas que venden sus cuadros en las esquinas para juntar algunas monedas.
Sin embargo, era necesario. Todos fuimos por la nostalgia más que por la sorpresa. Marky Ramone cumplió con todas mis expectativas acumuladas por los años y con las de mi hermano, quien debe ser demasiado pequeño para tomarle el peso a las circunstancias: El ex baterista de Ramones y actual baterista de esta banda tributo a Ramones está ahí, a menos de un metro de distancia, vemos correr el sudor por su frente, vemos su sonrisa, vemos como aprieta la mandíbula al empezar cada tema.
A nuestras espaldas estaban cuatro jóvenes, borrachos, ex niños bien y actuales oficinistas, por lo que logro fantasear. Formaban un círculo y coreaban canciones punk clásicas de su infancia, frenéticamente, con el acentito argentino de las barras de fútbol. Nuevamente la idea de la nostalgia, todos fueron a revivir recuerdos, a nadie le importaba en qué estaba Marka Ramone hoy por hoy.
Siempre he pensado que el punk rock es la forma más rebelde de la música popular, simboliza la rebeldía ante todo, incluso con la melodía. Son canciones simples, no más de tres acordes, sin arreglos rebuscados, su principal característica es la fuerza, la pasión. Ramones era una banda que tocaba en un pequeño club llamado CBGB’S a fines de los setentas. Era un club pequeño, un antro. Malcom McLaren, un joven productor descubrió algo en esas presentaciones y decidió de alguna manera comercializar esto como un movimiento de masas. Porque el punk, a su vez, es la comercialización de un movimiento, de una tribu urbana. McLaren exportó la idea a Inglaterra e impulsó a Sex Pistols y The Clash. Concibió al punk como una moda juvenil, ideo una actitud, un diseño de vestuario, una filosofía de la rebeldía callejera.
Con respecto a Marc Bell (A.K.A) Marky Ramone, pese al paso de los años sigue siendo un Ramone. Se nota en la actitud, en como camina por el escenario saludando a todos los presentes y sentándose en la batería. Me imagino que el guitarrista de Fiskales ad Hok y el bajista Macuco de Los Mox!, el resto de la banda casi improvisada para Chile, aún no se la creen, se notaba en sus caras, es como si un cura conociera a Dios, o a San Pedro, por lo menos.
Ahí estaban los clásicos de la banda: She’s the One, I Wanna be Sedated, Habana affair, Pet Cementery, y otros no tan clásicos pero igual de queridos.
Mi hermano chico salió feliz, no tanto como para demostrarlo físicamente, o decir “gracias por invitarme” pero estaba feliz, al igual que yo, que sentí que Marky nos unió un poco más o nos distanció un poco menos. Y es que eso es el punk rock: hermandad, unión, una gran familia de un mismo apellido: y así partimos, yo convertido en Danny Ramone y mi hermano en Dieguito Ramone, quién sabe.
No puedo dejar de escribirlo:
¡Viva The Ramones!
PS: Es la segunda vez que veo de cerca a un personaje de los Simpson: The Ramones cantó el Happy Birthday al Sr. Burns en un capítulo. Los primeros que vi fue Red Hot Chili Peppers. Menos amarillos, claro.
Comentarios
Un abrazo y mucha suerte...!
Buen año y nos veremos.
Adeus
Acerca de la produccion,te puedo comentar que ese dia tuvimos que atrasar todas las actividades debido al mal estado de salud de Marky, el cual tenia mas de 39 grados de fiebre y una diarrea interminable, pero todas las actividades comprometidas se realizaron,incluso pidiendo el mismo Marky un poco de comprension cuando debia ausentarse para correr al baño. Me puedes responder un par consultas,porque el show de Marky Ramone & Friends! seria un "burla del destino"??? quiero saber eso,creo que me ayudara a enternder como piensan respecto a los shows fuera de Santiago. Otra cosa dudo mucho que el show pareciera una tocata under autogestionada,cumplimos con un riguroso Rider tecnico para desarrollar el show, un completo sistema desonido,un no menos despreciable sistemade iluminacion, y un backline de primer nivel,el cual calzaba identicamente a lo que RAMONES utilizo en sus ultimos momentos, si tu sabes de alguna banda que autogestione sus shows y que pueda montar 5 gabinetes Marshall, 2 Amplificadores Marshall JCM800 y un Amlificador Mesa Boogie Calibro 50 Para la guitarra, mas 2 gabinetes Ampeg 8x10 con su respectivo amplificador de 300w, mas una Bateria DW de 5 piezas vintage para cualquier show,por favor avisame.. creo que solucionaria muchos problemas cuando se requiere de un banda par realizar algun show. La banda nunca fue improvisada, ya que yo personalmente contacte a los musicos con mas de 3 meses de anticipacion,y yo personalmente con Marky revisamos el play list para los shows en Chile el cual se les entrego al los musicos con la debida antelacion,y si, para ellos puedo asegurar que fue un gran momento el que pasaron junto al consagrado musico.
Me interesaria que pudiesemos conversar y ver las distintas apreciaciones que tienes al respecto.
El blog que se encontraba en los afiches y volantes esta activo en estos momentos, si no lo tienes es: www.markyramonetour.blogspot.com
Saludos
Jorge
Saludos.
J0ne