
Finalmente, no la vi. No alcancé. Así que hago mi comentario sin haberla visto. Pero en mi breve paso por la capital he quedado sorprendido por la catástrofe que ha significado la película de Nicolás López. En cada una de las casas en que alojé, cada conversación terminaba ineludiblemente refiriéndose al fracaso comercial y a la masacre crítica de la cinta. Desde la casa de mi tía, una dueña de casa, hasta los circuitos más “intelectuales” y “especialistas”, aunque en este tipo de sectores el alcohol influye mucho en los temas a tratar. Es extraño como se pronuncia Elsa Pataky con unas cuantas cervezas encima. Básicamente, no me extraña la poca gente que acudió a los cines tomando en cuenta la megacampaña publicitaria que promovió la comedia romántica sobre el fin del mundo con super héroes y personajes extravagantes. Esto dado a que el público al que apunta López no es de los que va al cine a ver una película, sino que es de los que espera el estreno en rapidshare, con links brindados a través de foros de los que bajan cómics, música metal y porno amateur. Peor aún, los ñoños, los frikis, es un target muy pequeño. Chile es un país de pésimos insumos culturales que más que fanatizar, alejan a los consumidores. Una buena decisión sería bajar los decibeles y que López opte por la precariedad, que podría ser su fuerte, o estrenar directo al rapidshare.
Comentarios
me apesta
Aunque -claramente- entre tanto universo paralelo, se pierde la historia. No sé quién lo dijo, pero lo mejor que hace Nicolás López es filmar minas (Elsa y la otra española de "Promedio rojo").
Ahora tiene que hacer algo radicalmente distinto. Nada de gordos que vuelan, que aman minas ricas. Nada de eso.
Saludos
A