De Lira

La imagen que acompaña este post debe ser lejos la más cool que se haya tomado Rodrigo Lira en toda su corta vida. Tiene un aire funky, setentero, casi como de detective privado de esas series tipo Starsky & Hutch, The Man from U.N.C.L.E. o Mod Squad. Él está en una sala de clases, atrás hay un pizarrón, de hecho se lee algo en él, intervenido antipoéticamente. Que se encuentre en una sala de clases es algo que no sorprende en lo absoluto, porque quizás la Universidad era todo el Universo posible para el joven poeta. Rodrigo Lira posa frente a una cámara como si fuera Lou Reed, Bob Dylan, o Leonard Cohen, quién sabe, mirando al techo, esperando el momento del click. La fotografía es la misma que graficará muchos años después la portada de “Declaración Jurada” (2006, UDP Ediciones), un intento por visibilizar una obra que jamás existió, releer lo que nunca se leyó. Porque la obra poética de Rodrigo Lira nunca se leyó, o no se hizo de la forma en que debía leérsele, salvo el caso de Enrique Lihn, quien pese a negarse a leerla demasiadas veces como para dejarla intacta, cedió. Lihn lo detestaba con toda su humanidad, Lira era un sujeto despreciable en todo sentido: acosó constantemente a Lihn, hasta hartarlo, y tal vez Lihn sí tenía razón y Lira era un sujeto detestable: para las mujeres, para la escena poética, para la academia; pero no me cabe dudas de que hoy sería considerado un genio. Lira fue un loser a secas antes de que los losers se pusieran de moda, fue un geek de la literatura, un freak en medio de los recitales poéticos, pero por sobre todo fue un metapoeta, esto es un tipo que cita y crea desde la lectura, porque fue un tremendo lector, obsesivo y patudo, y allí radica su gran diferencia con otros poetas de su generación. Practicaba una suerte de cita asesina, capaz de torturar hasta el último suspiro el objeto citado, parodiando, estirando como chicle, invirtiendo y travistiendo. Estableció una poética del fracaso, entendido éste como la pérdida de las guerras cotidianas, supo hacer poesía desde su propia personalidad lírica loser, burlarse de sí mismo hasta el punto de volverse un chiste, como lo hace Woody Allen o como lo hará después Charlie Kaufman, de hecho, cualquier capítulo de su vida parece arrancado de un poema antipoético liriano/liraico. Pero tras ese sentido humor generoso y agudo, tras esa risa exorbitante habitaba un dolor gigantesco, un horror vital. Hubo dos cosas que terminaron volviéndolo loco: la poesía, en primer lugar, que era su lenguaje y su reflexión, y las mujeres. “Arrebola la cafetería y me sale hasta en la sopa, me encanta su nariz exacta / Sé de buena fuente que hacia mí es péndulo entre miedo y amor / En el fondo le tengo rencor, supongo, y me gustaría violarla violentamente” sentenciaría en ese monumento que es su poema “ELA, ELLE, ELLA, SHE, LEI, SIE”. Es así como Lira nos enfrenta a una tragicomedia cotidiana y poética, exhibiéndolo como una mezcla entre monstruo y payaso. Esa poesía siniestra y absurda que acaba sólo en el momento en que Rodrigo Lira se deja desangrar en su tina, el mismo día de su cumpleaños número 32, dejando una nota aclaratoria a sus padres, un día 26 de septiembre de 1981, poco tiempo después de haberse presentado en ¿Cuánto Vale el Show? en un acto de desesperación poética. La misma desesperación que lo llevó sagradamente a concursar en cualquier instancia poética como si se tratara de conseguir un premio en la tapa de un envase de yogurt. Pero lo importante es cómo Lira enfrentó los límites de aquel lenguaje poético, con rabia, con risa, pero rompiendo esquemas, explorando hasta decir basta las formas de la poesía, con su ánimo de buscar poesía hasta en los currículo, en los documentos jurídicos, en los pasillos de la Universidad, en las cafeterías, en los textos de Erick Polhammer. Siempre con esa pregunta tan necesaria de "¿qué demonios es poesía?", y si existe algún ente en el sistema público o privado que establezca sus límites. Eso con Rodrigo Lira, el mejor de los poetas superhéroes, porque si Braulio Arenas dijo que Nicanor Parra, dentro de la tradición chilena, era un gran poeta mexicano, entonces Lira vendría siendo un tremendo poeta jupiteriano.

Comentarios

Anónimo dijo…
Claramente no he leído nada de él, pero después de leer todo lo que has escrito, dan ganas de hacerlo, algo que me puedas enviar?.

Buenísima la foto.

Un abrazo
:*
Anónimo dijo…
Se sabe que Rodrigo Lira fue un tipo muy fotografiado y que en cada una de esas fotos aparace extraordinaramente distinto. Un ejemplo simple: La foto de la portada de "Proyecto de Obras Completas", luego la que aparece en la solapa, después la que esta en el encabezado del poema "Ars poétique" en internet y luego la que se presenta en tu artículo. Con eso, aunque suene un poco hiriente, me gustaría saber el aspecto que lira tenía en las fotos que los detectives tomaron en la escena de su suicidio.
Saludos y muy bueno el artículo.
Daniel Hidalgo dijo…
Bueno... qué puedo decir... lean y relean (según corresponda) a Lira, porque es lo máximo (junto a Bertoni y Lihn y Martínez). Tarea para la casa.

Y Felipe no puedes ser tan sádico, pero sí... sería "interesante" verla. Como la de Cobain.

Eso, saludos.
Anónimo dijo…
Gracias por el Envio Daniel. =)


Saludos!!
Anónimo dijo…
Estuve en el departamento de Lira, en la Avenida Grecia, a unas cuadras del Estadio Nacional. La señora que me abrió la puerta era la que compró el departamento a los padres de Rodrigo después de lo del suicidio. No sé si llegaron detectives a tomar fotografías. La única imagen que se me quedó, la que retuve, fue la del agua y la sangre bajando por las escaleras.
En todo caso fue su familia la que lo trastornó.
PDA
Daniel Hidalgo dijo…
Interesante...

En todo caso, muchachos, lo realmente importante es leer a Lira. Su obra por sobre el mito, por rico que sea.

Eso.
Anónimo dijo…
Frente a la luz,
frente a frente.
A la altura de soles paralelos.
Ro-ro, digo harpa !!!
Brota innato,
Florece incesante transparente...


sayyourthing@icqmail.com
Anónimo dijo…
Hola, estoy haciendo un documental sobre un poema de Lira y me gustaria mucho ir a su departamente en grecia a grabar. pero no he encotnrado la direccion
Tu podrias darmela? te lo agradeceria mucho.
un beso

Si quiertes respondeme a mi email porti_shead@hotmail.com
Unknown dijo…
Lei las obras completas de parra y me alucinò, alucinò, alucinò, me encantó un poema sobre el Iching, me reì hasta que todos en el metro me quedaron mirando. Tambièn buscaba respuestas por todos lados y que no llegaron de ninguna parte, creo que las madres traicionan, agotan y desesperan, Tuve suerte la mía cambió
T.Plz dijo…
A fecha 8 de noviembre del 2010, leyendo este artículo, correspondí con éste:

http://pocodescuento.blogspot.com/2010/11/lira-la-ultima-busqueda.html

De hacer volver en cuatro años un fantasma, pido mis condolencias.

En el derecho de corresponder indirectamente y empezar desde un comienzo como este,

salud

Albert

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