Mayores Informaciones


Un libro de cartón, un barrio, unos punks, rock, una oleada de crímenes: Barrio Miseria 221.
____
Vagabundo
____
Vagabundo vivía conmigo en la misma pieza izquierda de la casa 221 del Barrio Miseria.
Moreno. Alto. Flaco.
_____Con el cabello muy negro, muy largo, muy sucio y muy apelmazado.
_____Usaba jeans rotos en las rodillas y poleras blancas sin mangas con textos pintados en el pecho diseñados por él mismo, con frases como “Once: No Vivirás”, “Basura para la Basura”, “Hecho en Casa”, o “No Sé Escribir”.
_____Son las que alcanzo a recordar.
_____Le gustaba leer −de hecho me enseñó a querer a los pocos libros que aún conservo en algún lugar de mi habitación y los que me salvaron de una vida de ignorancia total− y escribir reflexiones en verso con lápiz grafito en las paredes para luego borrarlas. Para que sus frases sólo respondieran al instante y no a la posteridad como porquería de museo, o algo así.
Aún lo veo: está sentado sobre su cama, desenrollando una bolsa de pasta base, con la sonrisa desbordada.
_____−Tengo lo suficiente como para dejar más locos que Jimi Hendrix a todo el Barrio Miseria. Y para que paguemos los dos meses que debemos por esta mugre de pieza. Ya verás Malambito cómo van a cambiar las cosas.
_____En esa imagen, Vagabundo había empezado a vender marihuana cuatro meses antes. Ganó algo de dinero, aunque nunca había sido un buen administrador. Pero con la pasta será distinto, dice en la escena. Porque deja más dinero y porque debe rendir cuentas a un tal Choro Braulio. Nunca conocí a ese imbécil. Pero Vagabundo hablaba siempre de él. Que Choro Braulio esto. Que Choro Braulio esto otro. Que Choro Braulio dijo. Que Choro Braulio mandó. Que Choro Braulio pichula. Se para de la cama con la bolsa de pasta, se despide y se larga.
_____Dos meses más tarde, Vagabundo empezó a llegar con más bolsas, esta vez de falopaína. Me regalaba papelitos para compartirla con Cami, la muy perra. Ella siempre fue adicta. Yo sólo lo hacía para hacerla feliz. Vagabundo empezó a manejar una “van” destartalada que dejaba estacionada junto a nuestra casa, cosa que nos daba cierto prestigio en el barrio. A veces venían niñitos rubios de colegios católicos de Viña del Mar a comprar algo de marihuana, preferentemente. Vagabundo los hacía pasar un mal rato antes de cerrar el trato, aprovechándose del nerviosismo y el miedo que a aquellos púberes de buena familia les causaba caminar entre la mierda. Los que compraban la falopaína seguramente eran sus padres, y esa se repartía a domicilio. Y la pasta base era para los vecinos de Barrio Miseria. Así, Vagabundo, se empezó a llenar de dinero. Cada semana traía a una puta de esas caras, de esas que no se arriendan por unos cochinos gramos, aunque les regalaba de igual forma. Unas mujeres de formas gruesas, labios húmedos, tetas panorámicas y culos achatados. Yo me largaba para que las culeara tranquilo. Regresaba quince minutos después y ya las había despachado, porque Vagabundo vivía a toda máquina hasta en sus polvos. Además, siempre argumentaba que rapidito no se pegaba la sífilis.
_____No dormía más de cuatro horas, “como buen poeta”, solía decir. Y como se consideraba un poeta se la pasaba recitando a Baudelaire porque, como el francés, había salido maldito desde la concha de su madre y seguiría en ese estado hasta que se lo comieran los gusanos. Quizás, lo que me hermanó con Vagabundo fue la cicatriz. Tenía una muy similar a la mía en su rostro. Pero la suya no la había provocado su padre alcohólico sino que él mismo se había quemado la cara en un acto de desesperación poética. Así lo justificaba, aunque en realidad siempre pensé que debe haberla provocado una noche de plena borrachera.
___
Barrio Miseria 221 tiene un costo de 1.500 pesos y se puede encontrar en las siguientes librerías:
_____
TAKK - Andrés de Fuenzalida 18 – Providencia, Santiago.
PALMARIA - Manuel Montt 058 – Providencia, Santiago.
LILA - Providencia 1652 Local 3 (Café del Patio), Santiago.
METALES PESADOS - José M. de la Barra 460 - Santiago
EL GRAN PEZ (Ancud- Chiloé)
____
O escribiendo al mail: quierocomprarunlibro@gmail.com para ponerse en contacto directo con Animita Cartonera.

Comentarios

Anónimo dijo…
cotidianamente solemos hablar de los otros romantiquiando, jodidos hasta la náusea, poniendoles nombres abstractos...
a veces solo pedimos un poco de tierra, y agua, y másmedula y tumbas, un nombre
Daniel Hidalgo dijo…
De acuerdo, Anónimo.

:P

Saludos!!
madrobyo dijo…
Pues no dire como llego el texto a mis manos, no voy a negar que existe un muy buen manejo de la prosa, pero mientras más avanzaba en la lectura no dejaba de pensar en "Ciudad de Dios" lo de los Cacha bachas, Ze, y otras cosillas.

En fin.
Daniel Hidalgo dijo…
Madrobyo:

Cero atado!!

Es una de mis películas favoritas.

Y el texto trata de localizar toda la trama de ciudad de dios -que en realidad viene de goodfellas, y es por eso que utilizo el robo / homenaje a lo tarantino- a lo que es mi barrio, una población callampa de Valparaíso.

No se confunda.

Saludos y abrazos.
Anónimo dijo…
Hola, leí el cuento Barrio Miseria. Vine a felicitarte.

Garvas.
Anónimo dijo…
Daniel, hace rato quería escribirte y no sé por qué no lo había hecho. pero bueno sólo quería darte mi más grande admiración por tu libro.

ya lo he leído tres veces y de verdad se agradece tu forma de escribir. voy a seguir atenta a lo que haces porque se que se viene mucho más.

besos.

A. F.
Anónimo dijo…
Hola!!!
A riesgo de ser tan subjetivo como prematuro en mi comentario, a primera sensación me parece de una redundancia tremanda la trama de tu cuento o novelita como dices, el mundo suburbano porteño ha sido demasiado explotado y arquetipado.
Nada nuevo bajo tus líneas.
De todas formas es un mérito publicar, aunque a estas alturas se ha hecho algo demasiado popularizado.
Sigue adelante.

Un abrazo de otro "escribidor" del ciberespacio.
Daniel Hidalgo dijo…
Juan Luis:

Leíste el texto del cual entregas tu opinión???

Porque de no ser así -como sé que es- no serías ni subjetivo ni prematuro, sino que un completo imbécil.

Seguidores