Columna Matar a la chica ideal en pániko.cl


A propósito de (500) Days of summer del director de clips Marc Webb. La película sobre chicas perfectas que no son para ti, por mucho que no quieras darte cuenta.



MATAR A LA CHICA IDEAL 

Por Daniel Hidalgo

SHE IS (NOT) THE ONE 

Creo que la primera vez que me gustó una chica fue en kinder, en un colegio de curas en Valpo del que mi madre me sacó apenas supo que iba a pasar a ser de monjas, a quienes detestaba por un trauma particular de su infancia. La chica, una niñita de mi mismo curso, llamaba la atención de todos, no sólo la mía, no por ser una belleza sino porque era extremadamente turnia. Caí rendido por sus ojos viscos un día en que la profesora me obligó a sentarme a su lado, comenzamos a hablar y a jugar con unos envases de yogurt vacíos, cuando me tocó las manos y me dijo: “qué suaves las tienes” y estuvimos tocándonos las manos el resto del día. Con esta historia de La Turnia -como le llamaban todos los compañeros, obviamente- saco dos conclusiones: 1) pertenezco a una raza de tipos demasiado enamoradizos. 2) que, además, tendemos a fijarnos en chicas raras, o por lo menos distintas al resto. 

Hace poco, y por esas cosas raras que pasan en la vida, me junté con una ex novia para ver (500) Days of summer, ópera prima del director de clips Marc Webb, una película sobre chicas perfectas que no son para ti, por mucho que no quieras darte cuenta. En la peli hay una escena que da para clásico instantáneo: Tom (Joseph Gordon-Lewitt, el marciano friki de 3rd rock from the sun) se enamora de una chica, Summer (Zooey Deschanel), cuando en un ascensor ella reconoce que el sonido que sale por los audífonos que Tom lleva puestos es There is a light that never goes y le suelta como si nada un “amo a The Smiths”. Luego de este encuentro en que Tom queda baboso, empiezan a salir, se gustan, pero desde el principio de la cinta ya sabemos que él la terminará perdiendo.  

Tras la película, con mi ex no comentamos nada, hablamos de cualquier cosa por unos minutos y luego me fui a casa con la sensación de que vimos una peli que no fue hecha para ver con tu ex. 

Debo reconocer que sintonicé con Tom, que lo sentí parte de este club de perdedores enamorados, que tendemos a creer en que hay chicas tan particularmente distintas al resto del planeta que son capaces de desarmarte todas las estructuras como un mega meteorito estrellándose contra el planeta diminuto que has creado a punta de rutina y aburrimiento, pero paradójicamente salvándote de tu monótona vida y estampándote esa sonrisa idiota en mitad de la cara.  

Tom, bienvenido al club.

LOVE WILL TEAR US APART 

Desde La Turnia hasta el día de hoy, mi búsqueda de esa chica ideal ha sido tan frenética como infructuosa: una Rastafari que terminó dedicándose al mircrotráfico, una metalera bipolar a la que le faltaba un párpado, una punk vegetariana que me enamoró tomándome las manos -otra más- en el metro y que terminó haciendo pogo con mi corazón, una egresada de historia de la ARCIS que me hizo ver unos veinte documentales sobre violación de derechos humanos, mientras yo sólo pensaba en que hiciera eso mismo conmigo, un par de estudiantes de teatro que hicieron su mejor papel de la Quintrala y la Femme Nikita respectivamente, y una lista enormes de chicas lindas y perfectas que siempre preferían ser sólo amigas, o cambiarme por alguien más, y que siempre -y no falla- es un pelmazo de aquellos. Sin rencores, es la verdad. 

Las chicas ideales son malas, me decía un amigo, según él, porque saben que son perfectas y eso les da el derecho de hacer lo que quieren contigo que eres de una imperfección total. 
¿Por qué siempre buscamos chicas ideales? A ratos creo que mucha culpa tiene, más allá de nuestra insoportabilidad, cierta afición por la cultura pop. Las canciones, las películas, los comics, las teleseries, siempre nos terminan moldeando una idea de mujer más perteneciente a la ficción que a la realidad. Sobretodo para uno que creció viendo Melrose Place y cuanta serie existiera mostrando a chicas tan lindas y tiernas como locas y pérfidas. 
El cine de los últimos años tampoco nos ayuda mucho: antes de (500) Days of Summer y esa Zooey Deschanel, ya estaban los personajes interpretados por Kate Winslet, Kirsten Dunst, Scarlet Johansen o Katie Holmes, ángeles esquizofrénicos capaces de salvarte mientras te roban el aliento.

TODAY YOUR LOVE, TOMORROW THE WORLD

“El amor es un espejismo” escribió alguna vez Bukowski, y hay algo de eso, básicamente, porque desde niños imaginamos a esa chica ideal como una mujer perfecta, sin defectos, una chica con la que jamás tendremos discusiones ni malos ratos. Y es que ideal se parece tanto a irreal.  

A ti te gustan las minas raras y locas, me dice un amigo cada vez que hablamos de relaciones de pareja. No es que lo busque, es lo que llega, le respondo. Porque yo, como cada tipo inmaduro, suelo caer rendido frente a chicas que parezcan alejarse de lo común, de lo adecuado o qué se yo. Con el tiempo te das cuenta de que ese ideal en realidad es una pérdida de tiempo, que al final mejor que una chica ideal es tener apuntes. Porque finalmente es eso: hay que asesinar a la chica ideal y empezar a vivir. Madurar. Enamorarse de mujeres de carne y hueso. Y de esas se encuentra en todos lados. Aunque esto nunca es del todo así: cuando dejamos de buscar a esa persona con la que nos une el gusto musical, o porque tenemos un sentido del humor compatible o qué sé yo, imaginamos a una mujer que tenga nuestras mismas metas, que sea compatible con nuestras vidas. Lo bueno sería conocerla primero antes de enamorarse. Matar al ideal.

Tom pierde a Summer, eso ya lo sabemos. Y cuando pierde a su mujer perfecta, el tipo ya está  listo para empezar a vivir.


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Comentarios

Waira dijo…
Ésto no es serio!

http://www.zona.cl/cine/

Imagino lo leíste. Hay editores?

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