Monos inanimados

Aparecido en Rolling Stone Chile, julio de 2011.
“Lo importante serían los personajes, no los dibujos” dice en una de las viñetas de este libro. La escena es tan tierna como delirante, porque se trata de un dibujante, Gordon, hablando con un perro parlanchín, Mario Hugo, el mismo de 31 Minutos pero rebautizado como Sullivan por asuntos de marca registrada. La historieta en sí -en donde, tras una serie de preguntas y respuestas sobre el arte de hacer cómics, los personajes terminan desapareciendo para dejarnos sólo los diálogos perdidos en recuadros en blanco- funciona como un manifiesto, o una guía a la hora de enfrentarse a “La Tormenta Perfecta”, el compilatorio definitivo de la extensa obra del dibujante y creativo de televisión Rodrigo Salinas.


Quizá lo anterior sea la razón de por qué esta ambiciosa y cuidada panorámica de 360 páginas, en la que se recogen trabajos aparecidos en los años de Kiltraza, La Calabaza del Diablo o La Momia Roja, resulte tan diversa. En sus páginas podemos encontrar, inicialmente, historias sobrecargadas de gráfica y referencias, un abuso de información en el que los mismos dibujos son capaces de pasar por diferentes técnicas en una misma historieta, o las más actuales, en las que el autor opta por la repetición del mismo bosquejo viñeta tras viñeta, una y otra vez, evidenciando que en su universo particular el movimiento sucede en otra parte, no en las acciones de sus personajes ni en las imágenes, sino en las historias y las conexiones que éstas tengan con un contexto.

Salinas en sus historietas es capaz de conjugar, tal como lo hace en la televisión, dos mundos distantes: el de la ternura con el de la política, creando un tono profundamente lúdico en donde la ingenuidad convive con el horror. Destacan por sobretodo las historias, ya clásicas, de Carlitos Marx, en donde se parodia al personaje Charlie Brown y a la mitología marxista chilena: “¡La revolución comienza hoy! ¡Ahora es cuando! Voy a llamar a mis amigos”; o en la polémica en su momento -le hizo merecer una portada de Las Últimas Noticias- “Arturo Prat is not dead”, en donde, bajo la premisa de qué habría pasado si Prat no hubiese muerto y sólo se hubiera tropezado de La Esmeralda para ir a dar a la orilla de una playa, logrando que el relato épico de un héroe fallido ridiculice los emblemas de nuestra identidad, uno de los puntos más alto en la obra de Salinas.

No es lo único, porque además existen aquellas tiras en las que el autor se desdobla en su propia ficción para convertirse en personaje, como en “Winnis” o la ya mencionada “Gordon y Sullivan”, para reflexionar sobre la vida artística.

Lejos de querer ser sofisticado, Salinas es capaz de levantar una voz que, proveniente del underground noventero, de la cultura del fanzine y la autogestión, apunta a lo masivo. “La Tormenta Perfecta” es un grandes éxitos capaz de hacerle justicia a su incansable carrera de historietista, como también una buena cartografía de los años de la transición política chilena, con sus gritos y demonios.

La Tormenta Perfecta

Rodrigo Salinas

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