Terroristas de la Historia

Aparecido en Rolling Stone, septiembre de 2011
La novela gráfica “1899, cuando los tiempos chocan”, es un remix de nuestra historia, que pone en escena a los héroes de la guerra del Pacífico, Prat, Uribe y Grau, entre robots, fuerzas mágicas y naves voladoras.
Revisando las amplias páginas la Historia de Chile, Luís Uribe tiene un perfil particular. No solo fue el segundo a cargo de La Esmeralda, sino también quien relató por escrito los hechos acontecidos en el Combate Naval de Iquique, entregando material clave a la hora de crear el imaginario épico del relato oficial chileno, ese que enseñan en los colegios y celebran con efemérides en el calendario. Pero hay más, porque Uribe publicó una buena cantidad de textos y libros sobre los sucesos bélicos que le tocó asumir como marino y, tras retirarse de su carrera de militar, pasó sus últimos días dedicándose a esa, su otra pasión: la escritura.

Teniendo esto en cuenta, no resulta para nada extraño que sea el propio Uribe el protagonista de “1899, cuando los tiempos chocan”, la novela gráfica escrita por Francisco Ortega y dibujada por Nelson Dániel, quienes revisitan al personaje convirtiéndolo en un inspector, a la manera de las novelas policiales: algo así como un Sherlock Holmes local y malas pulgas pero consecuente con sus ideas y fiel servidor de Confederación Patagónica Independiente de Chile.

Y están, por supuesto, los contextos: esto transcurre en un Chile en donde la Guerra del Pacífico nunca sucedió, consiguiendo que Miguel Grau se rindiera y traicionara al Perú en sólo segundos. Un Chile que se ha adelantado 100 años en cuanto a avances tecnológicos, logrando crear aeronaves y ciborg-policías, y que además ha bombardeado a Lima haciéndola desaparecer. Todo esto gracias a la metahulla, un mineral descubierto en minas de la provincia de Arauco, con un poder infinitamente destructivo, y que ha impulsado el liderazgo armamentista y económico del país, superando enormemente a sus vecinos de la zona.

La historia se centra en una serie de atentados que ocurren a lo largo del país, atribuyéndoselos a los derrotados peruanos, pero sin contar con pruebas, asignándole la misión al inspector Uribe y su acompañante, la oficial robot Ygriega, orgullo de la tecnología chilena. Como primer peldaño en la investigación, Uribe debe, a regañadientes, encontrarse con un primo lejano, Arturo Prat, quien a pesar de ser un héroe casi mítico, con varias aventuras gloriosas en el cuerpo, es considerado un loco, dado a sus últimas declaraciones a nivel público. Prat conoce una historia secreta y ha sido él mismo quien ha solicitado a Uribe para entregarle información.

En clave retrofuturista y con tintes de steampunk, “1899” tiene todo lo que los amantes tanto de los cómics gringos, como de las novelas de conspiración desean: una historia lo bastante fluida y atractiva como para leerse de un tirón, personajes desquiciados y violentos, pero admirables de alguna forma, y un enigma que pareciera nunca resolverse.

Ortega y Dániel logran no solo cautivar mediante la distorsión de los personajes épicos chilenos, sino que además, por una narración revestida de teoría cuántica que, a través de la ficción logra desenmascarar lo más tenebroso de la Historia Oficial, instalando de forma original el gran dilema de las novelas históricas: ¿quién vigila a los historiadores?

1899 Cuando los tiempos chocan
Francisco Ortega y Nelson Dániel
Norma

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