La última esperanza del comic chileno

Y bueno, se acabó Rolling Stone Chile, fueron breves pero entretenidos meses escribiendo de libros en aquella bonita revista -se va a ver grosso en la bio, siempre-. Los agradecimientos y el aguante a todo el equipo que participó en la revista. Voy a ponerme al día con los textos que salieron publicados, y les dejo éste que fue el central de este mes, la última Rolling chilena, que aún está en kioskos.


“El karma se pega a las paredes. A la memoria. A las fotografías” dice alguien, mientras una brigada policial, armada hasta los dientes, se dispone a realizar un allanamiento. La imagen resulta crucial para entender lo que está sucediendo: Renato Carranza es el peor sicópata de la historia de Chile, 33 niñas de familias acomodadas fueron asesinadas brutalmente por él y sus cuerpos fueron devueltos, abandonados por el país, de las formas más siniestras que la imaginación humana puede soportar, comprobando el grado de su distorsión mental pero, al mismo tiempo, convirtiendo a las niñas en parte de un juego tan esotérico como secreto que solo él conoce. Un ajedrez mutante y perverso. Ahora, esos policías lo buscan para darle un castigo del que jamás podrá escapar, ni siquiera después de muerto.

Todo lo anterior es parte de la trama de “Policía del Karma”, la ambiciosa novela gráfica escrita por Jorge Baradit (autor también de las novelas Ygdrasil, Synco y Kalfukura) e ilustrada por Martín Cáceres. Una novela gráfica que culmina, de la mejor forma y en todos los sentidos posibles, lo que ha sido un excelente año para el género en nuestro país, posicionándolo en un nuevo panorama que deberá enfrentar cada vez más altos desafíos.

Inspirada en el título de la canción de Radiohead, la historia propone una relectura del concepto de las religiones dhármicas del karma, en donde, desde una mirada cyberpunk, es entendido como una pena que se debe pagar por crímenes cometidos en vidas pasadas. Para ello la PDK (policía del karma), esa siniestra brigada policial que centra el argumento del libro, dispone de la más extraña tecnología que conmuta religión, esoterismo y ciencia, con el fin de identificar a los otrora asesinos, reencarnados en seres que ya no tienen idea de qué pasó, para hacer cumplir la serie de cadenas perpetuas a las que la justicia les ha sentenciado.

Protagonizado por la inexperta 47, la tercera hija de una familia que por ley debe ser donada al gobierno para que este disponga de ella como le convenga, “Policía del Karma”, está plagada de torturas, mutilaciones, excesos por parte de un Estado todopoderoso, violencia física, emocional y verbal, todo ello dibujado impecablemente por Cáceres, logrando realzar el imaginario que Baradit ha desplegado en sus escritos anteriores.

El tema es, en realidad, la culpa, entendida como una idea de represión moral y judicial. En la historia, las fuerzas públicas son del todo inmorales y violentas, similares a perros de caza tan rabiosos como salvajes. El único atisbo de raciocinio y cuestionamiento –aunque más bien tímido– es de la nueva agente 47, en una sociedad que ha desplegado todo su poder en castigar, sin tomar en cuenta inocentes, arrepentimiento, ni dignidad alguna.

Hace algunas décadas Alan Moore revolucionó el mundo de las historietas, otorgándole personalidad literaria y moldeando lo que hoy llamamos novela gráfica. A la inversa, Baradit proviniendo de la narrativa, saltando al noveno arte, ha conseguido dar vida a un buen discípulo de Moore. Una obra dinámica, rara, salvaje e irresistible.

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Comentarios

"Policía del Karma"

$16900 + despacho gratuito a domicilio

http://libreria.dinova.cl/market/view/307/polica-del-karma
RR.PP dijo…
Santas comparaciones sin sentido, Batman. De Moore a Baradit existen miles de eones. EL último párrafo, fuera!
Anónimo dijo…
Concuerdo con el comentario de arriba.
Me huele a promoción de compadres jajaja
Daniel Hidalgo dijo…
Pueden comentar lo que gusten, pero sería bueno que agudizaran la comprensión lectora.

El texto dice "un buen discípulo de Moore" y se refiere a las personalidad literaria del comic, a la obra, no al autor.

Otra cosa que sería bueno es que fueran más valientes y dieran sus nombres, cosa que en realidad, sé que nunca harán.

Saludos.

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