CIRCULACIÓN

NOCHE
CENTRO DE LA CIUDAD
CENA
HABITACIÓN

Lynda entra en la habitación y observa entre la oscuridad a Vermouth medio sentado y medio acostado sobre la cama. Ella sonríe aliviada al encontrarlo y se acerca, dejando la habitación en la más dulce y azul de las oscuridades. A lo lejos se escuchan los gritos y las risas del resto de los asistentes a la cena, entre repetidos chin chin de vasos y de cubiertos sobre loza, mezclándose con la fascinación snob de escuchar a Miles Davis durante la reunión.

Lynda: ¿Qué haces acá? ¿Te refugias de los borrachos del comedor?
Vermouth: Mmmm… no. No es eso.
Lynda: Disculpa que haya salido en tu búsqueda, pero me extrañó verte desaparecer tan presurosamente. Estábamos en plena conversación, tan fascinante además. Sabes de todo: eres genial. Además, tengo algo que decirte aún.
Vermouth: Ajá…
Lynda: Resulta que lo sé. Lo sé. Sé lo que estás pasando. Charlie me contó. Y, también, te entiendo, que es mejor. Yo soy separada.
Vermouth: ¿…Sí?
Lynda: No creerás que eres el único caso. A veces las cosas no funcionan y terminan así. Yo sé que es muy difícil para ti. Y sé también que estoy hablando demasiado por culpa del champagne pero… Lo que pasa es que sé que debe costar demasiado asumir que tu mujer te dejó, debe ser un dolor muy grande.
Vermouth: Sí, lo es.
Lynda: Charlie me contó que nunca sospechaste nada. Que discutían dentro de los parámetros normales pero que un día llegaste y no estaba. Así de simple. Llamaste a su madre y ella sí estaba al tanto de todo. ¿Cuánto tiempo la perseguiste?
Vermouth: Dos años, desde que me dejó… Hace un mes dejé de llamarla.
Lynda: Sé que nunca te has podido recuperar, esto me lo dijo Clara.
Vermouth: ¿Clara también te habló de eso?
Lynda: sí.
Vermouth: ¿Que todo el mundo está hablando de eso allá adentro?
Lynda: Claro que no. Sólo Charlie y Clara. Y Vicky. Y Trevor. Y Amanda. Pero es que están tan preocupados por ti. Son tus amigos.
Vermouth: Lo sé… pero…
Lynda: No te preocupes. Debe ser difícil tener que verla en la televisión. Sobre todo porque trabaja con su pareja. ¿Están de novios, cierto? ¿Tu ex y el animador?
Vermouth: Según Gossip’s Folks, sí.
Lynda: ¿Pero no has intentado rehacer tu vida? Salir, encontrar a alguien. Eres tremendamente apuesto, debo decírtelo, además de un hombre exitoso. Un excelente escritor.
Vermouth: Podrías ser jurado del Pulitzer.
Lynda: Te leo siempre y eres de una claridad impresionante. Me ayudas mucho. En mi vida personal.
Vermouth: Pero… escribo… de… viajes…
Lynda: No escribes de viajes, escribes de realidades, de la vida, de la existencia. Vermouth, sé que tal vez te parecerá una locura, pero debo decirte algo.
Vermouth:
Lynda: Sé que te conozco, al menos físicamente, desde hace menos de cuatro horas pero siento ese tipo de conexión mágica. No lo sé, qué vergüenza. Pero creo que hoy me he enamorado perdidamente de ti. Como una tonta adolescente. Te encuentro fascinante y quiero que me des una oportunidad, que nos demos una oportunidad. ¿Qué te parece?
Vermouth: Fantástico… porque te encuentro sumamente atractiva, interesante, buena… y tienes lo que más desean los hombres: admiración por uno. Pero… hay un pequeño inconveniente…
Lynda: No quieres… ¿cierto? Prefieres seguir llorando por esa estúpida modelo que te abandonó ¿no?
Vermouth: No. No es eso. Lo que pasa es que antes de… que tú entraras a la habitación me acababa de vaciar un frasco de barbitúricos que encontré en… el botiquín de Charlie…
Vermouth deja caer el frasco que tenía en las manos y Lynda prende la luz inmediatamente. Ve a Vermouth blanco como una hoja de cuaderno y se acerca rápidamente. Vermouth se va durmiendo, pero tiene una sonrisa en su cara, como si hubiese encontrado lo que buscaba. Lynda corre a la puerta y llama a gritos a los que se encontraban en el comedor. Estos llegan luego y toman a Vermouth y le someten a un torpe y desesperado tratamiento de primeros auxilios. Lynda se toma la cabeza y parte a llamar una ambulancia.
Miles Davis toca "Airegin" en el equipo de música.


©Daniel Hidalgo
2005

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