Un mundo sin mariguana

Columna que quedó inédita para Ciudad Invisible, ya pronto se vendrá un post relativo a lo que está sucediendo con la revista -por problemas legales no puedo referirme a ello aún-. Espero disfruten el viaje.
Un mundo sin mariguana
(diciembre 2008)

El fallecido comediante norteamericano Bill Hicks decía en uno de sus monólogos: “si crees que las drogas no han hecho nada bueno por nosotros, entonces vete a tu casa y quema todos tus discos, todos tus casetes y todos tus cds, porque cada uno de esos artistas que hicieron esa música brillante que ha mejorado tu vida, estaban realmente voladísimos. Los Beatles estaban tan drogados que dejaron cantar un tema a Ringo”. Y es cierto: nadie puede negar la influencia que las drogas han tenido, no sólo en la música, sino que en la cultura pop en general. ¿Qué sería de los artistas sin las buenas drogas? Probablemente oficinistas, yupis, profesores, funcionarios públicos o cualquiera de las variantes del ciudadano promedio y amargado.

Sin drogas, Kerouac, Ginsberg, Burroughs y Leary, jamás hubiesen llegado a conformar la generación Beat, si de literatura gringa hablamos; El festival de Woodstock jamás se hubiese realizado; Pink Floyd no habría existido; David Lynch dirigiría campañas publicitarias. En realidad el mundo de las artes sería una lata si sus actores se mantuvieran sobrios de por vida.

A escala local, Los Jaivas no se habrían cambiado el nombre de The High Bass y seguirían tocando covers en quermeses de colegio e iglesias; la nueva ola no habría muerto y Los Vidrios Quebrados no habrían grabado “Fictions”; ni Los Macs, “Kaleidoscope Man”. El Macha no se hubiese convertido en ícono generacional, ni su banda La Floripondio, hubiese sonado en las radios de Santiago. Todo esto impulsado por el himno “Fumen Bueno” que permitió salir del closet moral de una vez por todas a los jóvenes consumidores de mariguana, principalmente a los del tipo universitario clase media, y al mismo tiempo bailar, saltar y disfrutar. En realidad, La Floripondio no existiría o seguiría haciendo su avant garde, sin público, y seguiría autogestionando tocatas junto a Tryo. ¿Qué sería de mí, como observante del rock local? no habría Ska Prensao, ni Cuantiosos Daños Morales, ni Cazuela de Cóndor, ni Estrella Negra, ni Poder Guadaña, ni Kafarenas. ¿Cuántas historias se habrían perdido? ¿Cuántos amigos tendría?

Con respecto al Macha, el mariguanero número uno de este país, según muchos, una vez me contó una historia: en Rapa Nui no existen cárceles y cuando el Estado de Chile intentaba someterlos bajo sus normas civiles y morales, lo primero que hicieron fue apresar a cuatro jóvenes isleños por posesión de ésta yerba. La cosa fue que alcanzaron a estar medio día encerrados porque la comunidad entera fue al recinto, amarró una cadena a una de las paredes y, al otro extremo, una camioneta echó a andar hasta derribar la prisión y dejar libres a los cuatro muchachos. Fin de la historia penal en Rapa Nui. El Macha reflexionaba sobre que en Isla de Pascua no existía la violencia y esto era reflejo del consumo de mariguana sistematizado. La anécdota fue desmentida por un conocido que vivió en la Isla varios años, sin embargo la encontraba una historia épica y, de ser falsa, la más creativa de la imaginería canábica, hasta que vi la campaña del CONACE de algunos meses atrás.

Chile es un país lleno de culpas. Eso está claro, es por una cosa genético histórica, supongo. Tememos a las diferencias como también a la juventud y al hecho de tener actitudes que sean improductivas desde el pensamiento neoliberal. La penalización al consumo de drogas es otro más de los atentados contra las libertades individuales a los que ya parecemos acostumbrados.

El CONACE es una porquería. Una manga de mediocres de variada tendencia -sicólogos, sociólogos, músicos, periodistas, escritores, secretarias, funcionarios (hay tipos que se dedican a ser funcionarios y no tienen otro oficio, aunque no lo crean)- unidos por el factor frustración y por la ineficacia de sus teorías de papel y oficina. Lo mejor que ha hecho en estos últimos años es la campaña aquella que hace un tiempo comenzó a observarse en la televisión. Una gran campaña. Buen manejo del lenguaje audiovisual, rápida, llamativa y muy humorística. Luego de verla en las pantallas uno piensa: “necesito mariguana, urgente”. El chico protagonista pinta para candidato de ídolo express y despierta las envidias más radicales porque cada experiencia básica, como sacar los cubos de la hielera, por ejemplo, la transforma en una odisea: eso es gracias a la mariguana. ¿Qué pasará cuando el adolescente empiece a tener sexo bajo los influjos de la cannabis sativa? La vida dejó de ser aburrida, y para siempre. ¡Grande CONACE! Aunque en realidad los créditos son para los publicistas creativos: han hecho un clásico instantáneo.

La nota roja recayó en aquella ocasión, tras la aparición de la campaña en la tv, en la Comunidad Mariguanera Chilena, demostrando una actitud propia de los sectores más conservadores y oscuros de esta sociedad. Haciendo pataletas judiciales, acusando a la campaña de prejuiciosa y de efectuar una suerte de humillación pública de los volados. Cabros, relájense, fúmense uno bueno. Hablen de cualquier cosa, pero por sobre todo, organícense, sólo de ésta forma, quizá el 2014, Nelson Ávila podrá ser el gran presidente que Chile necesita.



Comentarios

Anónimo dijo…
genial


Don Graf, ¿calló en el alcohol?
Pitt-A dijo…
fumen bueno

Seguidores