Siento y Miento: pequeña tragedia cotidiana

Aparecido en paniko.cl



Siento y Miento es un webcomic en clave autobiográfica a cargo de Alfredo Rodríguez, y del cual recientemente se ha lanzado su segunda compilación en libro. A continuación, te contamos de qué va.


La escena va así: en el auto una pareja conversa. De pronto ella –cabellera larga y lisa, sonriente– le dice a él –barbón y despeinado–: “¿te tinca comer algo rico hoy?”. El tipo se emociona y sin decir nada, piensa en pizzas, hamburguesas y nutella. A los minutos ella concluye: “pensaba en que hiciéramos un pollo con salsa de pimienta con arroz al curry”. Él, resignado, le responde: “Hagamos eso… (a mí) no se me ocurrió nada”.

Lo anterior es parte de una de las historias de Siento y Miento, el webcomic de Alfredo Rodríguez, cuyas “temporadas” han sido recopiladas en dos libros de reciente aparición, una historieta sobre las cosas que se hacen en el día a día, pero a la vez, y es quizá lo terrible: las cosas que no puedes hacer.

En Siento y Miento, Alfredo y Clau, son una muy joven pareja, él trabaja frente al computador, dibuja y se amanece tomando café, ella lleva una vida laboral más tradicional, y juntos deben lidiar con todo lo que implica la vida en pareja, conocerse, complementarse. Pero hay un elemento extra: son prematuros padres de dos niñas, Sofía y Antonia, lo cual no sólo les complica un poco las cosas, como horarios y tiempo libre, sino que les obliga a enfrentarse al desconocido planeta de formar familia y hacerlo funcionar.

Así, Alfredo se debate entre realizar sus historietas, sus trabajos como ilustrador, cuidar de sus hijas cuando Clau no está (mudarlas, hacerlas dormir cuando despiertan a media noche, darles desayuno), ciertas dudas existenciales propias de la edad, la lucha imaginaria contra su incipiente barriga producto de su adicción a la pizza y, por sobretodo, satisfacer cada demanda de su esposa, buscando jamás importunarle. Es ese, tal vez, el leit motiv del personaje, postergarse al punto de articular alguna mentira piadosa sobre su sentir, con el fin de mantener una idea de familia feliz, centrada en hacer feliz a su cónyugue, recordándonos lo reducida que es nuestra jerarquía masculina dentro del esquema matrimonial.

Lo conmovedor de esta historieta es su relato, íntimo, profundamente cotidiano, de una simpleza sencillamente hermosa, en donde pareciera que Rodríguez logra reflejar en viñetas cada una de las horas del día, acompañado de la empatía de los protagonistas: optimistas, casi ingenuos, pero con ganas de hacer las cosas bien, pese a esos detalles que siempre están confabulando en contra.

Es claro que Siento y Miento obedece a una tradición de cómics autobiográficos, en donde los límites entre vida y obra se tornan difusos, cuyo referente máximo es American Splendor del excéntrico Harvey Pekar, pero que en estos pequeños libros se aúna a otra escuela más bien latinoamericana. Da la impresión que ronda por ahí Quino, en cuanto a las formas narrativas y la sencillez y ternura de los dibujos, lo cual convierte a estas historias en centro de un amplio campo de lectores posibles.

Rodríguez, a punta de sutil ironía, ha dado vida a un cautivador comic, lleno de detalles que a veces nadie nota, historias pequeñas que el mismo autor e ilustrador descarta que sean chistes, reconociendo que más bien es un manual escrito en vivo, ensayo y error, sobre la vida contemporánea cuando debes decidirte a transar con ella.

Comentarios

Anónimo dijo…
Siento y miento... lejos lo más fome, simplón y lleno de lugares comunes. Y más encima, pretencioso.

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