Street Fighter

Cuando niños solíamos ir después de clases, y aún cargando el uniforme sobre nuestros aún lampiños cuerpos sin desarrollar, a los videojuegos ubicados a dos cuadras del colegio. En esos tiempos decíamos "¿vamos a los flippers?" y partíamos en patota repartiéndonos patadas y empujones. Ese local de videojuegos ubicado a sólo dos cuadras del colegio era uno de los pocos en toda la zona que nos permitía entrar con uniforme, aunque varias veces fue intervenido por carabineros capturando a uno que otro escolar en horario de clases y multando al dueño de los flippers.
Ryu Versus Ken.
Street Fighter era el juego favorito de mis compañeros −yo nunca fui muy bueno en juegos de pelea− y eran capaces no sólo de hacer largas filas para esperar su turno de meter la ficha en la máquina para jugar sino que también eran capaces de estar jugando Street Fighter por tardes enteras.
Chun−li Versus Guile.
Street Fighter quedó atrás junto con mi infancia. Con la edad el juego ahora consistía en ir a fumar cigarrillos a las plazas. Creo que la idea era acumular más comentarios del tipo: "tan chicos y fumado…" o "cómo pueden ser tan patudos de estar fumando con esa corbata y esa insignia…".
Zangief Versus M. Bison.
Street Figther era en realidad "Street Fighter 2" aunque nunca supe de la primera parte. Tampoco supe de la tercera pero sí de muchas secuelas de "Street Fighter 2". Sin embargo la mitología urbana−popular decía que sí existían aquellos otros Street Fighters: recuerdo en especial a un compañero que decía haber jugado "Street Fighter 1" en Miami y otro que se pasó toda la básica hablando de que en una revista había visto un adelanto de "Street Fighter 3". Street Fighter se transformó también en una película bastante mediocre con Jean Claud Van Dame y con la última aparición cinematográfica de Raul Julia antes de su muerte. ¡Que mala despedida! También aparecieron demasiados sucedáneos de Street Figther a los que nunca vi ni la gracia ni la diferencia con el juego en cuestión: Mortal Kombat, Fatal Fury, Killer Instinct, Marvel Super Heroes, Dragon Ball Z Super Battle, y muchos muchos más, con los nombres más rebusacados.
Creo haber estado algo tenso, estresado. Creo haber estado buscando cualquier pretexto para iniciar una batalla campal. No tengo tiempo para nada: estoy saturado de pruebas en la U y de compromisos varios. Durante la semana pasada escuché un par de cosas que prefiero ahora no haber escuchado nunca: para evitarme falsas esperanzas en un caso perdido en su totalidad. Me pasé toda la semana dando gritos en japonés electrónico y lanzando combos y patadas voladoras. Me había convertido en un personaje de Street Fighter. Varios salieron dañados en round 1, 2 y 3. Creo que más la gente que me quería y que estaba más cerca. Hoy pedí disculpas y culpé al stress de todo. Y es cierto. Y comprendí que aquella descarga emocional por medio del conflicto cumplía la misma misión que Street Fighter para mis compañeros: liberar tanta presión, tanta frustración y amarras por medio de la violencia virtual.
Eso era Street Fighter: un canalizador de rabia, mejor que cualquier sesión de yoga u hora en el gym. Eso era mi furia y mi inestabilidad emocional de la semana pasada y que espero acabe hoy.
You Win.