Una canción de amor

A esta ciudad hay que ponerle bombas, tantas como se necesiten para botar cada edificio, cada muralla, cada escalera, cada indicio de que alguna vez acá se paró algo similar a una civilización. Como al corazón que hay que ponerle una bomba capaz de hacerlo reventar y chorrear por cada esquina de cada habitación solitaria. Que explote. Que arda cada monumento. Que se consuma cada recuerdo. Que queme la piel. Que el fuego y el humo sean lo único posible. Hay que quemar los libros de Historia en primer lugar, luego los de filosofía, las enciclopedias, las Constituciones políticas, que sigan los manuales prácticos y luego los de cocina, los de fotografía. Por último y sólo si quedan ganas, la literatura, la ficción, la narrativa y la poesía, por inofensiva, por no representar riesgo alguno. Que se funda todo en una gran llama que se vea desde el espacio, que el planeta entero no sea más que una bola de carbón del gran asado cósmico de los dioses que no existen. Que todo se vuelva ceniza. Que todo sea gris. Y que los gases tóxicos maten a los sobrevivientes. Que la raza humana sea carbonizada, como toda la vida. Que todo sea un gran final inevitable y hermoso. Que se caiga el universo en un agujero negro y que implosione todo en una nada metafísica. Y que a lo lejos se escuche esa voz. La voz de esa chica que te rompió el corazón a los catorce, sólo porque fuiste un experimento en la misión amorosa de ciertas mujeres que viven destrozando corazones, y que se acerca poco a poco hasta llegar a tu lado y sentarse a observar la destrucción de todaslascosasqueexisten y que te bese con los labios cerrados y que la voz se haga entendible y se escuche en las concavidades de tu cabeza, citando a Bob Marley: "everything's gonna be alright". Y que encuentres que la razón entera se encuentra en esas palabras. Y sonrías y esperes el final que ya llegó.

Comentarios

Anónimo dijo…
Excelente brother.

Tu tocayo mutante.
G dijo…
gracias.
Waira dijo…
Muy bien loco!!!!!

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