¿Por qué los porteños odiamos a los turistas santiaguinos?

Rescatando este texto que apareció en el suplemento El Rayo de La Estrella de Valparaíso en abril del año pasado. Si es usted de Santiago, pero no hace nada de lo que sale en este manual de odio, no se sienta aludido y ríase libremente.



Desde la vuelta a la democracia, Valparaíso –así como sus habitantes: los porteños– ha observado cómo ha sufrido una suerte de canonización turística. Impulsando incluso campañas internacionales, como declararlo “Patrimonio de la Humanidad”, con el fin de ver lo lindo donde antes no se hacía. Así, hemos tenido que aprender a vivir con ese sujeto particular que es el turista, dentro de los que resalta uno en especial: el santiaguino. Por su cercanía geográfica, son los más comunes, pero también los más detestables para los residentes de este puerto. ¿Por qué? Acá algunas razones que intentan darle sentido a esta interrogante.

1) La prepotencia. Si hay una forma de identificar al santiaguino común es por su nivel de violencia, se entienden con empujones, no existe en su vocabulario la palabra “permiso” y les gusta discutir hasta por el vuelto del pan, lo cual, en la práctica turística se traduce en su trato despectivo con nuestros comerciantes, a quienes siempre regatean los precios, así como también por nunca respetar las señalizaciones del tránsito básicas como los ceda el paso, los paso de cebras o los semáforos en rojo.

2) La inmundicia. Para ningún porteño es difícil adivinar que nuestras playas se convertirán en verdaderos basurales, cuando observa que sobre la calle se ha estacionado algún bus financiado por alguna municipalidad periférica de la capital. Es una invasión de seres contaminantes que comen de todo y lo desechan rápidamente. Así, al atardecer, sobre la arena se pueden observar pañales usados, envoltorios de papas fritas, cáscaras de tomate y envases de bebida y cerveza.

3) Creen que Valparaíso es una fiesta eterna. Mucho estudiante santiaguino que llega a las universidades de nuestra ciudad, se esfuerza por aprobar cuanto curso de cultura etílica existe. En las noches saturan las subidas Cumming y Ecuador, buscando carrete, carrete, carrete. El tema es que pasan el dato a sus amigos de Santiago y organizan expediciones de fin de semana en donde arrasan con cuanto bar, plaza pública, roquerío e incluso el transporte público, para saciar su sed y ansias de ruido y destrucción, dejando la tranquilidad del fin de semana como una anécdota de los libros de historia, tal cual los Carnavales Culturales.

4) Ni siquiera dicen Valparaíso. “Mamá, me voy a la playa con unos amigos”, “con mi polola nos vamos a la playa”, “Qué bien lo pasamos en la playa”. Jamás dicen que fueron, van o irán a Valparaíso, aunque esto es un karma retórico que recae sobre todo el litoral central.

5) Nos robaron un cerro. “Te fuiste al Cerro Alegre y yo siempre detrás” ¿les suena la letra? Sí, es de una canción antigua, porque la verdad, hoy por hoy, el Cerro Alegre parece una anomalía dentro de la arquitectura porteña y su identidad. Sus casas son distintas, sus calles están todas pavimentadas, incluso por piedritas bien pulidas y barnizadas a mano, está lleno de hostales, restaurantes exóticos y vegetarianos y hasta salas de exposiciones. Es el rincón más evidente del Valparaíso turístico, una falacia nerudiana, una postal diseñada especialmente para que el turista crea que pasa por la ciudad mientras deja su dinero. Como ya hablamos del flujo turístico, está casi demás decir que la mayoría de sus residentes son santiaguinos aburridos de la urbe monstruosa que se instalan en este bonito barrio Lego para realizar su purificación espiritual y pulmonar.

6) De poder ir a otra parte, no vendrían. El capitalino que viene a Valparaíso prefiere mil veces ir a Viña del Mar, Arica, Punta Arenas e incluso a La Serena, cuando no se trata del extranjero. Es todo una cuestión económica y de tiempo.

7) Cuando se suben a la micro, siempre sacan la BIP! Al rato recuerdan que acá las cosas todavía funcionan con monedas.

8) Porque repletan nuestros bares. No hay nada más rico que ir a su bar regalón con los amigos, saludar a las meseras y a la tía de la caja, porque las conoces, porque te has gastado sueldos enteros en esa mesa favorita. Pero llega el verano o el fin de semana largo y ¡Oh, sorpresa! está todo lleno y se te pasan horas buscando un barcito en el que puedas sentarte. Y cuando lo haces, te das cuenta de que estás rodeado de gente de la capital.

9) El factor cine chileno. Porque los directores de cine, que son como turistas muchas veces, tienen una obsesión media extraña con el puerto e impusieron la idea de que en Valparaíso solo hay patos malos, cárceles, prostitutas y niños a guata pelá, impulsando una suerte de “turismo extremo” o “turismo aventura” en nuestro territorio.

10) El año nuevo. Porque en año nuevo, literalmente destruyen la ciudad. La saturan, la vuelven caótica, olvidan el concepto de civilización, y esos 1 de enero todo parece una película de ciencia ficción. Una en donde ya pelearon los robots, los marcianos y hasta las guaguas de fuego gigantes y nadie sobrevivió y Valparaíso tiene que reconstruirse de nuevo, una vez más.

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Comentarios

Anónimo dijo…
PENCA TU COLUMNA... dejas mucho que desear como columnista. Das un poco de jugo, profe de castellano.
Anónimo dijo…
y cuando el porteño va a buscar pega a santiago y esta todo el año nadie dice nada, se agradece su tolerancia porteña frente al santiaguino, sobre todo su distincion entre el turista a los que vivimos aca todo el año, SHARSHA su neurona
Sr Anónimo, cuando el porteño (o cualquier otro ciudadano de lo que Uds llaman provincia) va a trabajar a Santiago, hace que diche urbe sea más vivible. Ahora bien la columna es sobre los turistas, no sobre la gente que viaja todos los días de Stgo a Valpo a trabajar, que son muchos.
mayte dijo…
simplemente no podria ser mas real!!!, cada uno de los puntos, pero creo que el que mas molesta... es la invasion a las playas y su destruccion !. deberian ser un poco mas civilizados y conocer la existencia de los basureros. GRACIAS A ELLOS los carnavales culturales, mil tambores, se en escasos.
Anónimo dijo…
el que va a buscar pega no destruye la cuidad... eso es lo que molesta, no que visiten
Anónimo dijo…
Qué imbéciles los comentarios anteriores que asumo son de santiaguinos, que cierto es todo lo que dice tu columna, y hago hincapié en el punto "año nuevo". No molesta que vengan, sino el afán de destruir, contagiar todo de su prepotencia, y ritmo de vida acelerado.
Anónimo dijo…
Que triste esta columna. No es más que una queja izquerdista contra los santiaguinos que llegan a la zona. Te enojas de lo bares llenos, de un cerro con calles pavimentadas, de playas que son de todos.
Que torpeza de escritura.
Resentido social. Andate a vivir a san antonio, una ciudad portuaria flayte sin nada turistico, o a cartagena invadido de flaytes y cero santiaguino.
Picanton de mierda.
Lanas dijo…
Bueno, a mí me da risa los santiaguinos en el metro de Valpo. ¿Cómo reconocerlos? pues porque con su mejor actitud de sabérselas todas (pues porque son santiaguinos) y con cara de cancher@s, suena el pitito... y se quedan parados esperando que las puertas se abran, jajajaj. El placer de decir permiso y apretar el botón con cara de "te pasaste de gil", no tiene precio, jaja.
Carolina dijo…
Este no es el comentario de un izquierdista resentido señor/a anonim@, es el pensamiento de un hombre porteño que lo comparto yo y muchos porteños más... Yo tengo 16 años, soy nacida acá en Valparaíso y veo como cada verano llegan los Santiaguinos que al no conocer las calles y ser "atarantados" se lanzan con luz rojas y provocan atochamientos fatales. Esto no es una queja es un comentario, insisto. Y escribirlo es un favor para todos los que se vienen a Valparaíso un findesemana y así analicen el cómo actúan e interactuan en una ciudad que no es la de ellos... No sea pesimista y venga a darse una vuelta al puerto!
Anónimo dijo…
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Provinciano dijo…
Los santiaguinos son la peor clase de turista existente; donde andan, se hacen notar inmediatamente, con su prepotencia y egocentrismo, además de ser, salvo excepciones, sucios e irrespetuosos con el lugar que visitan. Acostumbrados a botar basura en cualquier lado, pues en su metrópolis lo hacen, creen que en el resto de las ciudades están en su derecho a seguir con sus malas costumbres. Claramente, el único factor que hace tolerable su visita es EL DINERO QUE GASTAN COMO TURISTAS.
Anónimo dijo…
insipida y amarga tu weá, hablai del puerto con un nacionalismo casi nazi, eris un simple qliao k juega a ser punky de la cumming, y k tanta wea si el cine le dio esa vision a valpo, tus textillos no hacen nada mas que plagiar esa idea, profesorcillo tienes tanto que aprender del respeto, evitando bajezas antiguas.
igual tu libros me los chorié hahah ni ahi cn pagar por weas,y k tanto?
ahora falta k pongas un foto adjuntada en la k salgai ahi llorando, cn i love valpo pegao en al frente haha
jisa dijo…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
jisa dijo…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ALYSYA dijo…
Todos los comentarios negativos son de los Santiago, lo se por que no aceptan la verdad vista por los insignificantes provincianos, por sus comentarios prepotentes,con pésima ortografía, demuestran su incultura de ganado en estampida, arrollando toda civilidad a su paso.
ALYSYA dijo…
Todos los comentarios negativos son de los Santiago, lo se por que no aceptan la verdad vista por los insignificantes provincianos, por sus comentarios prepotentes,con pésima ortografía, demuestran su incultura de ganado en estampida, arrollando toda civilidad a su paso.
deLiciOus dijo…
jkajka buenísimo! 5 y 8 mis favoritos!
Jime

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